En un conmovedor acto de solidaridad y trabajo conjunto, la comunidad de la vereda Bajo San Juan, ubicada en el resguardo indígena Cañamomo y Lomaprieta, en el municipio de Riosucio, fue testigo del hallazgo de una bebé recién nacida, abandonada en un cafetal. El inesperado descubrimiento ha conmocionado a todos y resaltado la importancia de la colaboración entre la comunidad y las autoridades para proteger a los más vulnerables.
El hecho tuvo lugar cuando varios caninos del sector, conocidos por su lealtad a la comunidad, comenzaron a ladrar de manera insistente, alertando a los vecinos sobre algo inusual. Al seguir los ladridos, los residentes encontraron, para su sorpresa, a la pequeña, que parecía tener apenas dos o tres días de nacida, abandonada dentro de un bolso en medio del cafetal.
La comunidad, sin perder tiempo, dio aviso a las patrullas de la Policía Nacional, que acudieron rápidamente al lugar. Una de las patrulleras, con sumo cuidado, tomó a la bebé en sus brazos, brindándole el calor y consuelo que tanto necesitaba. Con rapidez, la pequeña fue trasladada al hospital local del municipio de Supía, donde un equipo médico evaluó su estado de salud, confirmando que, a pesar de la difícil situación, la bebé se encontraba estable y en proceso de recuperación. Sin embargo, se decidió que debe permanecer bajo observación médica debido a las condiciones en las que fue encontrada, incluyendo un rústico corte en su ombligo.
Mientras tanto, los uniformados iniciaron labores de vecindario para identificar a la madre de la menor, pero hasta el momento, nadie en la comunidad ha manifestado conocerla. En respuesta a esta situación, se activaron los protocolos correspondientes por parte de la Policía Nacional, el grupo de Infancia y Adolescencia, la Comisaría de Familia, el gobernador indígena, y demás entidades competentes, quienes están trabajando para asegurar la protección y el bienestar de la recién nacida.
Durante este tiempo, la patrullera Yesica Andrea Guapucha, profundamente conmovida por el hallazgo, no se ha separado ni un minuto de la bebé, cuidándola con la dedicación y amor como si fuera su propia hija y decidió nombrar a la pequeña como «Milagros», un nombre que refleja la naturaleza extraordinaria de su rescate. «Cuando la encontré, supe que estaba presenciando un milagro», comentó la patrullera. «Milagros vino al mundo para recordarnos el valor de la vida y el poder de la esperanza».
Las autoridades solicitan que si alguien posee información que permita identificar y ubicar a la madre de la bebé, se deben comunicar a la línea 123 o acercarse a la estación de Policía más cercana.
Publicado por
