Con un emotivo acto de cierre, el Instituto Mayor Campesino (IMCA) de Buga culminó un proceso formativo gratuito de tres años que fortaleció las capacidades de comunidades rurales e indígenas del Valle del Cauca, promoviendo el liderazgo, la agroecología y el desarrollo sostenible.
Tres años sembrando saberes, liderazgos y esperanza
Durante este proceso, comunidades de municipios como Buga, Tuluá, Pradera, Florida y Bugalagrande participaron en el programa TERSAA, financiado por la Agencia Francesa de Desarrollo, con el apoyo de Acting for Life y Air France. La iniciativa no solo promovió el aprendizaje, sino también el fortalecimiento de la economía familiar campesina y la organización comunitaria.
“Este proceso nos ha enseñado que todos cumplimos una función muy grande en nuestros territorios, y que el trabajo en equipo es clave para cuidar el medio ambiente y empoderar a las familias campesinas”, expresó una de las participantes.
Formación con aliados internacionales y enfoque transformador
El programa incluyó diplomados en convenio con la Universidad Javeriana, centrados en habilidades gerenciales, emprendimientos rurales y economía solidaria. También se abordaron temas como agroecología, liderazgo, procesos de transición y participación en políticas públicas, con especial énfasis en el acompañamiento a los Consejos de Desarrollo Rural en los municipios.
“Se trata de una primera fase. Esperamos que la segunda comience en julio o agosto de este año”, informó el equipo del IMCA.
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Emprendimientos que florecen en el campo
Uno de los resultados más destacados del proceso fue el impulso a emprendimientos agroecológicos liderados por las propias comunidades. Iniciativas productivas como el cultivo de café, cacao y leche con valor agregado han encontrado canales de comercialización en mercados campesinos y en la ecotienda La Ceiba, operada por el IMCA en Buga.
Además del suministro de materiales e insumos, la formación dejó una base social sólida: trabajo colaborativo, mingas, escuelas de campo y un profundo compromiso por formar a nuevas generaciones rurales.
Compromiso con una ruralidad digna y sostenible
Desde el IMCA se reafirmó el compromiso de continuar acompañando los procesos comunitarios en el Valle del Cauca, apostando por una ruralidad con voz propia, sostenible y justa. Las comunidades participantes destacaron que este proceso no solo transformó sus prácticas productivas, sino también su forma de entender el territorio, la familia y el futuro del campo.
“Nosotras seguimos en el territorio gracias a este acompañamiento. Nuestros emprendimientos se han fortalecido y hoy tienen un impacto real en nuestras familias y comunidades”, concluyó una lideresa rural.
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