La presencia de monseñor Rodrigo Gallego Trujillo, obispo de Palmira y recordado párroco de la Catedral San Pedro, marcó un momento especial en las rogativas mayores al Señor de los Milagros en Buga. Su regreso fue recibido con gratitud y afecto por la comunidad bugueña.
Un reencuentro con la comunidad
Después de varios años de servicio pastoral en Buga, monseñor Gallego volvió este domingo para participar en la procesión histórica del Señor de los Milagros.
Más allá del valor religioso, su presencia fue un reencuentro afectivo con los fieles que lo recuerdan con cariño por su acompañamiento cercano en la vida espiritual de la ciudad.
Un mensaje de esperanza y reconciliación
Durante su participación, el obispo destacó que la devoción al Milagroso es un llamado a la caridad y a la misericordia con los más necesitados.
Señaló que la indiferencia ante el sufrimiento ajeno es una forma de violencia que debe superarse a través de la fe vivida con obras concretas.
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Voces de los peregrinos
Los feligreses resaltaron que peregrinar al Señor de los Milagros es un acto de reconciliación.
Coincidieron en que Colombia necesita paz, justicia y el acompañamiento de Dios para superar las dificultades que enfrenta.
Testimonios de fe confirmaron la importancia de mantener viva esta tradición como un camino de unidad y esperanza.
Buga, centro de espiritualidad
Monseñor Gallego subrayó que Buga se consolida como un centro espiritual para el país, pero hizo un llamado a que la devoción no se quede solo en la procesión, sino que se traduzca en acciones de solidaridad y compromiso con los más vulnerables.
Un reencuentro de fe y memoria
El regreso del obispo fue recibido como un momento de fe y memoria colectiva.
La comunidad recordó los años en que acompañó la vida pastoral de la ciudad y reafirmó su cercanía con la devoción al Señor de los Milagros, en un encuentro marcado por la gratitud y la espiritualidad.




