Las alarmas se encendieron tras conocerse que Vanegas, a pesar de la gravedad de las acusaciones en su contra, no tiene ninguna medida de aseguramiento que le impida salir de Colombia. Ni una orden de captura, ni una circular de la Interpol, ni siquiera una prohibición de abandonar el país. Una situación incomprensible que le deja la puerta abierta para que, en cualquier momento, tome un avión y se burle de la justicia colombiana.
¿A qué está esperando la Fiscalía para actuar? ¿A que Vanegas se fugue, como lo hizo «Papá Pitufo», quien hoy se esconde en Portugal, luchando contra su extradición con un equipo de abogados de lujo?
Los paralelismos entre ambos casos son aterradores. Tanto «Papá Pitufo» como Vanegas son señalados de haber corrompido a la cúpula de la POLFA para ponerla al servicio de sus intereses criminales. Ambos tienen un enorme poder económico, que les permite contratar a los mejores abogados y, presuntamente, comprar silencios y lealtades. Y ambos, al parecer, tienen una vocación de prófugos.
No podemos permitir que la historia se repita. No podemos permitir que Vanegas se convierta en otro «Papá Pitufo», un capo que maneja los hilos de la impunidad desde un lujoso escondite en Europa.
Las fuentes de inteligencia aseguran que Vanegas tendría la capacidad logística y financiera para desaparecer del mapa en cuestión de horas. Sus negocios internacionales, su pasaporte comunitario (si lo tuviera), y su red de contactos en el exterior le facilitarían la huida y el establecimiento en algún país sin tratado de extradición con Colombia.
Es por eso que, desde esta tribuna periodística, hacemos un llamado urgente al Fiscal General de la Nación para que actúe de inmediato. Se debe solicitar a un juez de control de garantías que imponga una medida de aseguramiento contra Andrés Vanegas Fernández. Ya sea una detención preventiva en un centro carcelario o, como mínimo, una detención domiciliaria con brazalete electrónico y una prohibición de salir del país.
No hay tiempo que perder. Cada minuto que Vanegas pasa en libertad es un minuto de riesgo para la investigación y para la credibilidad de la justicia.
Señor Fiscal, no permita que Andrés Vanegas Fernández se le escape de las manos. No permita que se burle de las víctimas de la corrupción. Actúe ya, antes de que sea demasiado tarde y tengamos que registrar, con impotencia y vergüenza, la noticia de su fuga. ¡Que la justicia no se deje meter otro gol! ¡Cierren las fronteras para el «heredero» de Papá Pitufo!




