La Ciudad de México está conmocionada tras el asesinato de Ximena Guzmán y José Muñoz, dos funcionarios mexicanos cercanos a la jefa de Gobierno, Clara Brugada. El ataque ocurrió la mañana del lunes en la Calzada de Tlalpan, cuando ambos se dirigían a una reunión oficial. Las autoridades confirmaron que fue una agresión directa y premeditada, sin que hasta ahora se conozcan los móviles ni a los autores intelectuales del crimen.
Ataque directo y coordinado a funcionarios mexicanos
El lunes a las 8:30 a. m., un vehículo interceptó a los funcionarios cuando se dirigían a una reunión de trabajo. Sin mediar palabra, los agresores abrieron fuego y huyeron rápidamente. Las cámaras de seguridad captaron el escape: cuatro personas, varios vehículos y una operación que evidenció planeación y conocimiento del terreno.
Trayectorias comprometidas con el servicio público
Ximena Guzmán, de 42 años, era psicóloga con estudios en París y una maestría internacional. Renunció a una carrera en el extranjero para trabajar en comunidades vulnerables de la capital. Durante años fue una pieza clave en la gestión de Clara Brugada.
José Muñoz, de 40 años, era politólogo y estratega con más de dos décadas en la administración pública. Trabajó en temas de planeación y seguridad en varias entidades. Su trabajo era silencioso pero fundamental en la formulación de políticas públicas.



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Evidencias de vigilancia previa
El autor material fue captado días antes del crimen usando un chaleco fosforescente, fingiendo ser trabajador urbano, lo que indica vigilancia previa. Tras el ataque, los responsables huyeron en una motocicleta negra robada, abandonada cerca del lugar. Luego se trasladaron a una camioneta azul y finalmente a una Urban gris, todas robadas, en dirección al Estado de México.
Sin hipótesis clara ni autores identificados
Las autoridades aún no tienen un móvil claro del crimen. La Fiscalía capitalina difundió imágenes del presunto conductor de la motocicleta, pero no ha sido identificado. El uso de guantes dificultó la recolección de huellas, y ahora se analizan restos de ropa en busca de ADN.
Reacciones oficiales y dolor colectivo
Clara Brugada acudió al velorio sin dar declaraciones, visiblemente afectada. La presidenta Claudia Sheinbaum se comunicó con la familia y aseguró que “no habrá impunidad”. El crimen ha desatado preocupación por la seguridad de los funcionarios públicos, en medio de un contexto de violencia política nacional.
La Ciudad de México enfrenta una dolorosa pérdida y una creciente sensación de inseguridad. La sofisticación del crimen eleva la urgencia de reforzar la protección a funcionarios clave. Mientras las investigaciones avanzan, la exigencia ciudadana es clara: justicia para Ximena y José, servidores públicos que trabajaron por un cambio y fueron silenciados con violencia.
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